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25 de agosto de 2020

Santiago Auserón: "Para un rockero español, es un gran reto entrar a fondo en las tradiciones musicales"

El que fuera líder de Radio Futura se definió musicalmente, desde 1995, como Juan Perro. El Premio Nacional de Músicas Actuales 2011, muy ligado a Mallorca y Santa Maria, siempre estuvo interesado en las letras, tanto es así que en 2015 se doctoró en Filosofía por la Universidad Complutense con una tesis que profundizaba en el papel que jugó la música en la Grecia Antigua. Lleva varios años reescribiendo su tesis para publicarla.

A Santiago Auserón (Zaragoza, 1954) siguen estimulándole las inquietudes musicales más diversas y primitivas. En su figura de Juan Perro, lanzándose en solitario desde 1995, "un juego humorístico que adopta el nombre animal merodeando por la frontera de diversas músicas", anuncia un disco nuevo, titulado Cantos de ultramar, que saldrá en octubre. "Para un rockero español, es un gran reto entrar a fondo en las tradiciones musicales".

Su último álbum, El viaje, ¿será el eje vertebrador en el directo del próximo domingo a las 20 horas en el Principal?

 Sí, en estos momentos hay bastantes canciones de El viaje porque es un disco que está hecho justamente en ese formato para acústicos en solitario. Es una pena no afrontar este escenario importante con mi banda. También sobrevolará un poco todo el repertorio de Juan Perro tratando de escoger canciones que le den cierta coherencia al espectáculo.

 ¿Por qué un disco tan íntimo, con su guitarra y su voz?

En parte fue por la necesidad de hacer frente a la crisis general del sector que ya estaba mal antes de la pandemia. Pero también fue un reto personal el intentar mejorar la interpretación a solas para luego llevar a la banda un trabajo bien elaborado.

 Algunos se olvidan que antes de la pandemia, como usted ha dicho, el sector cultural ya era muy precario-

Sí, y la situación de ahora acentúa hasta el extremo la crisis del sector. Esto nos obliga a una reflexión en profundidad acerca del sentido que tiene nuestro oficio.

 El viaje, que lo compuso en paralelo con la escritura del libro El ritmo perdido (2015), introdujo ritmos afrolatinos, coplas mexicanas o el blues anglosajón. ¿Los utilizó de una forma natural?

Es el resultado del proceso histórico de mi generación. Nos educamos en una música que venía del mundo anglosajón, sobre todo los negros norteamericanos. Luego recibimos el influjo de los grupos británicos, y después fuimos buscando información de las áreas del Caribe, en particular de Cuba. Todas estas corrientes se van juntando en un guiso lento y generan un lenguaje para la canción en español.

En el libro relata que España fue una frontera también en el aspecto musical por su posición geográfica. ¿Esta situación nos ha hecho más ricos ?

Totalmente, estamos en un terreno privilegiado. España estuvo atraída por los árabes asentados en la península y en las islas. Todo esto convierte la armonía en el modelo de pensamiento de la tradición europea . Nuestra cultura es mestiza, y hemos aprendido a extraer de los conflictos virtud en lo poético y musical.

En su última obra, La semilla del son: Crónica de un hechizo (2019), narra su idilio con Cuba. ¿Qué fue lo que le sedujo allí?

Sobre todo el ver mi propia lengua y mi cultura reinterpretada. Ver el encuentro entre lo negro y lo español para mí fue un shock. Porque hasta entonces como rockero, era un hijo de la música anglosajona. Fue una experiencia que me cambió completamente el horizonte y que, desde entonces, me motiva seguir investigando y seguir componiendo consciente del alcance de esas mezclas.

¿Cómo valora el dominio del reguetón y el trap en Latinoamérica y en España?

Es un fenómeno mixto entre culturas diversas y también de la explotación mercantil a través de las nuevas tecnologías que facilita la difusión y que a veces se queda en lo superficial y que difunde lo más facilón. Aunque incluso a lo más facilón hay que prestarle atención. Hay un grado positivo que es el encuentro entre estas culturas.

 ¿Estos géneros pueden erosionar la música tradicional?

Sí, pero a la vez que estos fenómenos de mercancía rápida y barata se comen el terreno de otras músicas tradicionales, como el son cubano, empiezan a integrar influencias de otros géneros. Los cantantes se van haciendo mayores y van prestando oído, se van formando como músicos, y al ritmo más reiterativo le van añadiendo armonías enriquecidas.

Entrevista de Luis fernández Palma para el Diario de Mallorca