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28 de octubre de 2021

Los milagros de Juan Perro

 

Recordar la importancia de la cultura es un concierto de Juan Perro. Frente a los tristes negacionistas municipales del sector siempre quedarán citas como la del viernes de la ICC Week como recordatorio de lo que supone la música en directo: las dos horas y media de Santiago Auserón y su banda en el Teatro Principal se erigen como un formidable antídoto para soportar el tedio soportado a lo largo de los últimos dos años en Ourense.

El primer milagro de Santiago Auserón está en percibir cómo la mejor vanguardia de la Movida convertida en estrella de pop evitó refugiarse en su —impresionante—pasado para convertirse en el gran estudioso contemporáneo de la música latina. El segundo prodigio es percibir cómo desde la teoría de rebuscar nuevas sonoridades e intersecciones ha acabado diseñando una propuesta de este nivel: su transformación en Juan Perro cumple 30 años y nunca ha sonado mejor que hoy —ni posiblemente más necesaria—.

Esta aventura de orillas atlánticas nace del impresionante “Raíces al viento” (1995), “Río negro” (2011) o ese “Cantos de Ultramar” (2020) desgranado el viernes en Ourense pero el fondo es idéntico: cualquier papel palidece ante un directo carnívoro en el que cruza Cuba, Portugal y Nueva Orleans o la salsa, el jazz y el soul. Para entender esta apasionante expedición merece leer el libro “El ritmo perdido” (2019) presentado ayer en el Foro La Región pero para comprender a Auserón basta asistir a un concierto como el del viernes: todo en Juan Perro acaba perfilando un gran río en el que se conectan sus recuerdos familiares, los discos de los grandes estadounidenses, la tradición centroamericana y los ecos del Siglo de Oro que acabó rimando ante un completamente rendido Teatro Principal.

Porque el resultado no defrauda. Crooner, filósofo, aventurero sonoro y sobre todo un tipo capaz de comunicar su amor por la música más alejada de la vacía modernidad de los “talent show” y la cultura de la cancelación. Lo recordó tema a tema con una banda armada con gente como David Pastor y Gabriel Amargant y que desprendió ese sonido añejo tan alejado de los tiempos modernos. Sonaron sus pasiones, sus amores y hasta los ecos de Radio Futura como “El puente azul” pero lo que queda en la epidermis colectiva es el sudor de Santiago Auserón y su jauría. Larga, larguísima vida a Juan Perro.

Artículo de Ramón Riveiro para el periódico La Región.