31 de enero de 2008
La diferencia fundamental de este movimiento artístico con otras corrientes anteriores es la preocupación por la comunicación y por lo tanto también por las técnicas usadas en otros ámbitos como la publicidad, en estado embrionario en esos días.
Mi intención no es solamente recuperar una línea exclusivamente anglosajona, pues aunque es evidente el peso de Warhol o Liechtenstein en mi trabajo, también quisiera retomar el aroma de Antonioni o el Equipo Crónica.
Al principio la posibilidad de reproducción de la obra sugirió al movimiento la posibilidad de establecer un diálogo con un público que en condiciones normales no iría a una galería de Arte.
Aspirar a la comunicación con un público menos elitista que el que suele acudir a las convocatorias del arte convencional, de extracción más popular, o interesado en la cultura callejera me parece una buena idea.
El movimiento del “Street Art.” (Un arte que no se puede cobrar) supone un relanzamiento del Arte de la comunicación, o “Pop Art.” tanto en su estética como en su lenguaje.
Banksy es el nuevo Warhol, el nuevo ídolo de la imagen y además su arte desafía ciertas leyes absurdas.
La idea de la colección es presentar reproducciones en papel (50 x 70) a un precio no muy alto, aunque también están incluidos en ella cuatro ejemplares reproducidos en lienzo, dos ejemplares reproducidos en metacrilato (100 x 70) y tres originales en spray y plantilla.
Esta serie de plantillas supone una apuesta por este refrescante movimiento, pensados en ambiente de interior, pero pintados con la urgencia de alguien que puede ser detenido por lo que hace.
El tríptico es un trabajo antiguo que no forma parte de la colección y que no quiero poner a la venta, pero que me gustaría que estuviera a la entrada de la exposición.
El material proviene de dibujos, collages, fotos manipuladas y repintadas, alguna imagen digital pura, y se completa con los sprays.
El texto es una broma un tanto cínica pero lo prefiero a la típica presentación escrita por otro elogiando las virtudes del artista en cuestión, en los catálogos al uso.
Luis Auserón
¿De quién es la ciudad? (Pdf,96 Kb) El Periodico de Aragón, 01/02/2008