10 de noviembre de 2015
Pasó cerca poco en su tamaño XXXL con La Zarabanda, un sueño de Big Band perruna, y tras años en el extremo opuesto con el funcional dúo de guitarras a medias con Joan Vinyals (el “dimoni de Gracia”), ahora añade un tercer músico (Gabriel Amargant, “el pájaro del Maresme”) para estas actuaciones. Como copábamos los tres se valen y sobran para poner a la audiencia de pie y despedirse con ovaciones.
Tras su renacimiento como Juan Perro, Santiago apostó por lo más difícil, por no convertir Radiofutura en una millonaria frecuencia pasada, escribiendo ladrido a ladrido la historia de su alterego perruno. Chucho más bien, porque como pocos ha absorbido la cultura mestiza de las calles para elaborar su discurso, de las de ambas orillas del Caribe, donde idiomas, músicas y religiones se han mezclado casi como en ningún otro sitio: la de Nueva Oleans y la de la otra orilla cubana sobre todo. El blues y el jazz feliz por un lado y el son y la guaracha por el otro, y siempre África al fondo. Para más detalle adquieran los libros -sobre todo ‘El ritmo perdido’-, del doctor Auserón.
‘Río Negro’ abrió un concierto sorprendente para los que no conocían a Juan Perro en las distancias cortas, ya que aquel ortopédico y sobrado solista de los tiempos de ‘La negra flor’ se ha convertido en un ‘entretenedor’ en toda la extensión de la palabra, que juega con la música y mucho más con la palabra (calculen: 150 minutos de concierto, menos veinte canciones de cuatro minutos…¡mitad por mitad!). Tan cuentancuentos como monologuista el Auserón/Perro destapó una inédita, ingeniosa y efectiva bis cómica de aires medievalescos. La cercanía con el público hizo el resto, que fuera un espectáculo de comunicación bidireccional, abierto y espontáneo. Y si los tres realmente se divierten con sus ocurrencias, verbales o sonoras, el público aún más.
Auseron contó y cantó, “historias de animalitos” dijo, alguno hasta humano. Contó cada una de las canciones, dónde nacieron y el por qué, a veces fabulando y en otras concretando, pero acercando siempre al oyente con un sentido muy didáctico a lo que iba a escuchar, y sugiriendo referencias, y pistas a modo de bibliografía para que el que quisiera seguirlas. Cantó lo lejano de ‘Raíces al viento’ e incluso avanzó piezas próximas como ‘Luz de mis huesos’, ‘Ambar’ o Cateano; se vistió de crooner con una versión del viejo tema de Franky Laine (‘We'll Be Together Again’), bordeó el escenario a capella pidiendo ‘No más lágrimas’ y resumió los veinte temas del programa -y toda su filosofía vital- en un cara a cara entre la dukellingtoniana ‘Flamingo’ y el bolero del ‘Caballo’ Benny Moré: ‘Hoy como ayer’. Y sí, hubo que esperar hasta el final del todo para poder escuchar algunas de las frases inolvidables salidas de su pluma: “Ese beso entregado al aire es para ti…’ en una versión muy africana -casi souk- de ‘Semilla Negra’.
Cuidado por el perro, ladra bajo pero no se suelta en años.
Crítica de Juan Jesús García en el periódico Ideal.