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08 de junio de 2010

Juan Perro me permite pensar como si fuera un personaje de comic

-Ha resucitado a Juan Perro, ¿le echaba de menos?
-Sí. En estos últimos cinco o seis años, había ido preparando el nuevo repertorio, que tenía características propias del proyecto de Juan Perro. Son 15 canciones y ya he sentido la necesidad de ponerlas a circular.

-En este caso, ¿también hay una investigación musical detrás?
-En esta segunda fase de Juan Perro hay una tendencia marcada que está condicionada por los viajes a Nueva Orleans, a donde he ido buscando ese terreno de confluencia entre el jazz primitivo y la tradición del blues; y también del elemento hispano que puede haber ahí. Así como la primera fase de Juan Perro estuvo muy marcada por el acercamiento a Cuba, esta segunda está buscando el reencuentro con las raíces del blues, del rhythm and blues, del rock primitivo y del jazz primigenio.

-Le gusta el riesgo, ¿verdad?
-(Risas) Creo que es algo inevitable en mi carácter, por lo menos a nivel de investigación musical.

-¿No le preocupa que no sea comercial?
-Me preocupa como a todo hijo de vecino en el límite en el que hay que garantizar la subsistencia. En el terreno artístico he tenido la suerte de poder elegir mi camino y cada día más me preocupa el proceso poético de elaboración de las letras y de las músicas.

-¿Sin riesgo no hay creatividad?
-En mi caso es así, siento la necesidad de adentrarme por caminos nuevos en cada periodo, de buscar nuevas ideas o hacerlas evolucionar.

-¿Por qué creó ese álter-ego? ¿Le permitía más libertad?
-Porque me permitía pensar en el proyecto como si fuera un personaje de cómic. Me parecía que el nombre de Juan Perro se parecía al nombre de los viejos 'bluesmen' errantes o de los trovadores medievales...

-Usted tiene algo de trovador.
-Sí, me gusta esa onda (risas). Soy nómada por naturaleza y tengo un pensamiento itinerante.

-¿Qué opina del rock de hoy?
-La mayor parte de lo que se hace actualmente sólo despierta mi interés de una manera anecdótica y por saber qué está pasando. Lo comparo con las sensaciones que me producen todavía las canciones de los años 50, 60, 70 y una parte de los 80 y no encuentro las mismas. No sé si es un proceso de envejecimiento personal o es que las canciones tienen otras características. Creo que al menos me puedo defender del envejecimiento diciendo que las canciones de esos años dorados tenían la chispa del encuentro entre culturas, razas y lenguas distintas. Hoy en día predomina en el rock un cierto mimetismo, casi todas las bandas que salen suenan a cosas que ya pasaron en aquellos años.

-En la manera de cantar, de componer, de estar sobre el escenario, ¿se notan los años?
-A nivel de cansancio no. Lo que no me puedo permitir es el descontrol de los primeros años, ahora tengo que cuidar el sueño y el régimen un poco (risas)... y hacer algo de ejercicio para estar luego suelto en el escenario. El escenario me produce una sensación benéfica: si la música es buena es como un buen masaje.

-Dicen que Radio Futura es el mejor grupo español de los 80, ¿está de acuerdo?
-No lo sé. Para mí el trabajo artístico en general es un trabajo que aunque se haga en soledad inevitablemente, se hace dependiendo de un colectivo, aunque sea imaginario. No me gusta pensar en términos de 'el mejor grupo', 'el mejor poeta' o 'el mejor novelista'. Para mí un buen escritor de canciones forma parte de un movimiento, de una época, está vinculado con la propia mentalidad de la gente que le escucha. Sí tengo la sensación de haber hecho un buen trabajo con Radio Futura, pero no sé si es el mejor. Me siento satisfecho.
Sin nostalgia

-¿Hay mucho mito en torno a los años de la movida?
-La mayor parte de la gente tiende a pensar que los años mozos, los años jóvenes, son los más brillantes y más intensos y que, cuando todo eso pasa, esa época se recuerda con nostalgia. Yo no lo recuerdo así, sino como algo divertido y emocionante en el sentido de que toda la sociedad española estaba despertando después de un periodo largo de letargo. Lo que estoy intentando es tratar de preservar esa sensación y hacerla perdurar con la madurez.

-¿Sigue usando la chupa de cuero?
-Sí, la sigo uso todavía y conservo alguna de aquellos años, naturalmente es la más querida.

-¡Tiene que valer oro!
-Cuando se me rompe la llevo a la modista enseguida para que no se me despegue a cachos (risas).

-¿Hoy es viable un programa como 'La bola de cristal'?
-Es muy difícil que la televisión de hoy deje un espacio regular, en un horario de audiencia amplia y que no produzca una reacción fácil en la audiencia. El aumento de cadenas privadas y la competencia publicitaria llevan a que todo el mundo quiera reproducir los mismos patrones. Y la música en general tiene poco sitio. Y si es combinada con una actitud cultural como 'La bola de cristal' es muy difícil que encuentre hoy su lugar en los medios.

-¿Radio Futura volverá algún día?
-No, todos lo damos por terminado. Acabamos el trabajo de Radio Futura con la sensación de que las cosas estaba bien hechas y si cometiésemos el error de volver por razones de interés económico, probablemente una buena parte de nuestros seguidores se sentirían defraudados.

Entrevista realizada por Regina Sotorrío para el periódico Diariosur.