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21 de noviembre de 2020

"Juan Perro renueva su compromiso con la experimentación", por J.F. Losilla.

La leyenda de Santiago Auserón (Zaragoza, 1954) no se detiene. Al contrario. Se expande y se multiplica. Asido a la permanente misión de escapar del cliché y de las concurridas carreteras principales, el músico aragonés, a sus 66 años, desafía a la pandemia y a cuantos obstáculos se cruzan en su camino editando ‘Cantos de ultramar’. Transmutado una vez más en su ‘alter ego’ Juan Perro, ofrece una nueva lección de estilo y de estimulante mestizaje sonoro.
 
 

Esta nueva entrega, que vio la luz ayer, es el resultado de fructíferas sesiones de trabajo colectivo en las que se han revisitado doce canciones previamente registradas con guitarra acústica y voz en el álbum ‘El viaje’, editado en 2016. Se han cincelado con arreglos confeccionados para sexteto durante años de ensayos, conciertos y sesiones. El elepé fue facturado en Medusa Estudio (Barcelona) entre enero y abril de 2019. «Culmina así un trabajo hecho en equipo, a lo largo del cual el nombre de Juan Perro ha pasado a representar a un colectivo de músicos que en su mayor parte provienen de la escuela del nuevo jazz abierto a otros géneros», explica Auserón.

Para esta batalla, el ejército que ha reclutado Juan Perro está integrado por Joan Vinyals (guitarra), Isaac Coll (bajo), Pere Foved (batería), Gabriel Amargant (saxo tenor y clarinete) y David Pastor (trompeta y fiscorno). Como voz invitada compareció Sevine Abi Aad en los coros de ‘A morir amores’.

«Me complace por tanto decir que mis compañeros de viaje se han sentido rockeros, si bien celosos de su exigencia musical y de su refinamiento habituales. En reciprocidad, me he visto llevado a cambiar mis maneras de intérprete y de compositor, ampliar el radio de mis vagabundeos por el terreno de la armonía, asegurar nuevas funciones con la guitarra, aproximar la voz al timbre de los vientos y abrir espacio para los solistas, manteniendo la economía de formas y el sentido unitario de la canción», revela.

En aguas internacionales

Alma inquieta desde tiempos triunfales, Auserón renueva su compromiso con la experimentación como antídoto al adocenamiento y a la socorrida fórmula magistral. Se zambulle en las aguas latinoamericanas, pero también en las afroamericanas, en las caribeñas y en las ibéricas. «Las canciones forman un mosaico de colores en torno a la pieza ausente del son que está por inventar. Cada canción responde a una necesidad estética compartida a ambos lados del charco. Con todo ello asumo el riesgo de quedar decididamente al margen de los canales más populares, pero sostengo con alegría el reto de la innovación», reconoce.

Jazz, psicodelia, rock’n’roll, bolero y son cubano pasan por la batidora de un músico alimentado por su eterna sed de conocimiento, incapaz de recorrer los caminos del pasado. Una prueba más de esta vocación de bendito ‘outsider’ de otro tiempo es la ambiciosa y cuidada edición en formato libro-disco de 80 páginas con textos, fotografías y partituras.

Crítica de J.F. Losilla para el Heraldo de Aragón.