17 de diciembre de 2013
El colectivo musical que le acompaña se apela igual que, como explica, “el más famoso de los bailes de negros del Siglo de Oro, para dar continuidad a las músicas de la tradición afrohispana”. Es decir, una formación de diez magníficos músicos liderados por el ya mencionado Joan Vinyales, y entre los que se pueden encontrar a bestias como el trompetista David Pastor o el guitarrista y tresero Raúl Rodríguez.
Es, huelga decirlo, uno de los proyectos más sólidos, brillantes e imaginativos de estudio, recuperación y recreación del legado musical de raíz transoceánica que existe en la escena española. Auserón ha plasmado de forma muy atractiva su desvelo artístico: la grabación en disco compacto del concierto que ofrecieron en el Etnosur de hace un verano, y que concentra en 17 composiciones propias, algunos clásicos (Blueberry Hill o Qué rico el mambo, de Pérez Prado) y una pieza tradicional como Tres morillas.
Junto a ello, un dvd del concierto y diverso material aledaño, así como un docto ensayo escrito del propio Auserón sobre “los ritmos de la negritud peninsular”. Un placer para todos los sentidos de un creador poco acomodaticio y sí muy generoso.
Crítica de Esteban Linés para La Vanguardia.