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29 de junio de 2015

Las canciones son una vía de conocimiento y de interpretación de la realidad

Viene en formato trío, ¿en qué va a consistir su rato sobre el escenario?

Vamos a darle un poquito más de dimensión a nuestro show. Estrenaremos material nuevo y reinterpretaremos algo del viejo. Partimos de la experiencia acumulada en dúo con Joan Vinyals, con el que llevo cuatro años trabajando en dúo y anteriormente en quintento, de donde salió Río Negro, el último disco de Juan Perro. Es un formato pequeño que funciona como taller de búsqueda sonora y de ideas, a la vez que permite un contacto muy fresco con el público, se presta mucho a la improvisación, los temas se abren y permiten mucho juego.

¿Es la primera vez que va a tocar en formato trío?

Estamos empezando este año y estoy probando distintas cosas. A veces el trío va con metales pero en esta ocasión lo vamos a hacer con percusión. Fusionaremos dos guitarras, la mía y la de Vinyals, con la percusión de Moisés Porro. Buscamos crear ambientes un poco hechiceros.

¿Tenía ganas de volver a Cáceres?

Sí, hace mucho que no voy y ya me apetecía. Me encanta la ciudad, me siento bien y hay una relación muy afectuosa con el público.

¿En qué ha cambiado la música de Juan Perro de sus inicios hasta hoy?

Mi música empezó yéndose a la frontera del son cubano; luego volví a la tradición rockera y 'bluesera' con la que me crié desde niño para buscar el equilibrio entre las dos corrientes. Y en la tercera fase de Juan Perro, desde Río Negro para acá, estoy ahondando en las tradiciones de la canción hispana, para juntarlas con el blues, el rock y lo afrolatino. Creo que Juan Perro tiene un mapa de búsqueda que se orienta en tres direcciones.

¿Cuándo empieza a interesarse por la música y a componer?

Desde chico. Los de mi generación comprábamos singles, discos... y nos juntábamos para escucharlos. Teníamos mucho amor por la música. Luego, cada cual empezó a tocar la guitarra, la batería o a querer cantar. Todos queríamos entrar en un grupo como los que veíamos.

¿Cuáles fueron sus influencias musicales con esa edad?

En mi casa en Zaragoza mis padres oían jazz, swing y música norteamericana porque mi padre trabajó con los americanos. Pero los críos, en cuanto empezamos a salir a la calle, buscábamos las máquinas de discos para escuchar rock and roll, los Rolling Stones e incluso los Beatles, de los que teníamos noticias por la radio. Luego, por el oficio de mi padre, nos fuimos a Huelva, que era una zona totalmente 'soulera' y recibimos la influencia de ese estilo. Finalmente el abanico se abrió y acabamos escuchando folk, música clásica... de todo. Uno puede empezar oyendo punk y acabar amando a Johann Sebastian Bach.

¿Cuándo se da cuenta que puede vivir de la música?

En mi generación, a finales de los 70 y primeros de los 80, cuando yo empecé, la sociedad española estaba necesitada de novedades, acústicas entre otras. Entonces todo era fácil, todo el mundo quería ser rockero, salíamos al escenario sin saber tocar y la actualidad nos reconocía, enseguida salías en la tele o en las revistas. Además, a poco que trabajases te podías buscar un camino remunerado. Hoy en día esta difícil y es una pena porque estamos en el otro extremo.

Entonces quizá la situación era engañosa, porque pensábamos que todo era jauja y la gente se creía una estrella sin 'currárselo' mucho. Ahora la música esta en manos de gente que la manipula por intereses políticos y ahí no cabe sino la música que se diseña en los despachos y que genera rendimientos muy rápidos. La música facilona y que de música tiene poco. Es una desgracia porque nos estamos perdiendo la aportación de ya casi dos generaciones de jóvenes que están haciendo música de todos los géneros en todas partes de España y están más preparados de lo que lo estábamos nosotros, pero la actualidad no lo refleja así.

¿De no haber sido músico que sería hoy en día?

Yo de vocación soy estudiante de filosofía, creí que iba a ser profesor pero tenía un local de ensayo y mi vida cambió. Y estoy muy agradecido porque ser músico es maravilloso, siento como que comparto con músicos y el público la experiencia de buscar ideas a través de los sonidos. Es una suerte maravillosa haber podido dedicarme a la música. Las canciones para mí son una vía de conocimiento y de interpretación de la realidad. Sin embargo, sigo manteniendo la vocación de lector y de estudioso de la filosofía, hace un par de meses presenté mi tesis doctoral.

¿Le queda algún sueño por cumplir?

Sí, me hacen falta otras dos vidas para cumplirlos.

Ha colaborado con varios artistas de renombre, ¿alguno en especial? ¿Alguien que no se imaginó nunca que colaboraría con usted?

Me han ocurrido cosas sorprendentes. Cuando fui en busca del son cubano no imaginaba que conocería a los grandes soleros del siglo XX, que estaría en sus casas y grabaría con Compay Segundo, Pío Leyva, Marta Valdés, Ibrahim Ferrer... La música es un regalo que te ayuda a valorar la vida en toda su dimensión.

Próximos proyectos. ¿Le queda cuerda para rato?

Ojalá. Si te soy sincero creo que mis mejores canciones no están escritas. Siento que tengo algunas ideas dentro que tienen que acabar de perfilarse y necesitaría un par de décadas, a ver si el tiempo aguanta (ríe).

Entrevista realizada por Paco Córodba Gutiérrez para El periódico de Extremadura.