11 de mayo de 2013
Ahí estuvo Cruel de parte de Fors o un cover para el amigo Auserón con Veneno en la Piel, temas de Cuca como Mátame Antes y El Son del Dolor, que en un momento se convirtieron en piezas para mover la cadera, o animarse —sólo uno que otro lo hizo— a darle una vuelta hacia adentro a la pareja, mientras otros movían los brazos o la cabeza ante el impacto de los metales y las percusiones, como tratando de animarse a rascar la pista, pero sin conseguir hacerlo.
Hubo coqueteos con el fox trot gracias a Auserón, con canciones como A un Perro Flaco y un son bien marcado en Fonda de Dolores, pero también piezas de cantautor como Reina Zulú o Negril, y hasta recuerdos a Radio Futura con A Cara o Cruz.
“Esta va a la memoria de mis deseos fervientes de adolescentes”, dijo Auserón antes de Luz de mis huesos.
De repente, algunas fallas técnicas se hacían evidentes en el escenario, estruendos que aparentemente venían del micrófono, pero ni esto opacaba el buen talante de Auserón, quien bailaba con las rodillas flexionadas y bromeaba sobre el desperfecto.
“Le hemos declarado la guerra a la tecnología y parece que se ha enojado con nosotros”, aseguraba el cantante español sobre lo ocurrido.
Fors lo observaba desde la terraza y bailaba con sus canciones, mientras esperaba su turno para salir y dejar que el Old Jack’s viviera sus ritmos momentos de rumba y rock, antes de mudarse a su nuevo domicilio. Al final hubo un único momento juntos, ambos salieron a despedirse, con un abrazo y manos en alto dejaron atrás una noche gourmet y cadenciosa, le permitieron a Sí Son cantar dos temas de su repertorio y se fueron, tras dos horas y media de recital que resultaron insuficientes para el impulso del baile.
Crónica de Oliver Zazueta