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19 de julio de 2016

Rapsoda del Blues

Con su absoluto manejo de los tiempos y las intensidades, este soberano de la escena, puso el valor de su arte a altura del sonido, que lució alto dejándose expandir por los pulmones del Huracán del Levante y el Pájaro del Maresme así como por las manos del Dimoni de Gràcia, siendo así como Juan Perro se refiere, con real respeto y admiración, al explosivo trompetista valenciano David Pastor, al saxofonista y clarinetista Gabriel Amargant y al guitarrista Joan Vinyals.

El recital de historias, a golpe de metáfora e hipérbaton, nos hizo transitar por un juego prismático de guiños y reminiscencias: blues, ritmos caribeños, sabores a rumba y destellos de swing. Auserón desafió la provocación sonora de la Iturbi marcándose su "No más lágrimas" en acústico, recorriendo el escenario sumido en soul.

La improvisación y visita a las verdaderas orillas del jazz se desató en las encrucijadas reservadas a sus tres músicos, quienes hicieron un hueco en la reunión a Francisco Blanco «Latino» para recordar algunos standards. Y así cerraba Auserón, cumpliendo con la promesa de un fin de fiesta que puso al auditorio en pie, con el rescate de la treintañera "Semilla negra", auténtico símbolo de quién es él, y de dónde viene este rapsoda bluesero, con un corazón de son y métrica en copla, trovador aventurado, explorador de estas, las nuestras, raíces negras.

Crítica de Marta Ramón para el diario Levante-EMV, 16/7/2016. Fotos de Marta Ramón.