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12 de mayo de 2013

Santiago Auserón narra los nexos entra la música africana y española

El encargado de realizar la presentación del artista fue el también músico y comunicador local Alfredo Sánchez, quien se refirió en breve a la trayectoria del español y de cómo esta publicación contiene “muchos ingredientes autobiográficos” en su indagación sobre “la influencia de la negritud en la música española”.

Así, luego un largo periodo sin visitar nuestro país, Auserón regresó a México en 2012 invitado por la Feria Internacional de la Música, lo que hizo posible que estableciera conexión de nuevo con sus muchos seguidores en el país y, ahora, un año después, participó hace dos noches en un concierto de pequeño formato (en la ULM), para la tarde de ayer hablar sobre su libro, sus conexiones con el pasado y los ritmos que han influido a través del tiempo en su carrera.

Ahora, en su oportunidad, el cantante español aseguró sentir que viene “con una misión que cumplir” en este país pues, dijo, resulta necesario “vincular nuestros trabajos y aspiraciones” en el campo de estas disciplinas, de cara a “lo que pueda ocurrir en las músicas tradicionales mexicanas” y del continente entero, ya que se requiere crear “un verdadero circuito de la hispanidad” para manifestarse en contra de una civilización cada vez más influenciada por la tecnología y que pretende imponer sus condiciones.

En coincidencia con lo expresado por Sánchez, Auserón aclaró que este “relato autobiográfico” no se orienta “a hablar de mi vida” sino, más bien, a enfrentar la pregunta de “¿por qué fuimos hechizados por la música de los negros estadunidenses?”, algo que representó un fenómeno intercontinental en Europa, pero compartido con América Latina y, especialmente, con el rock en México; con todo, hizo énfasis en que se trata de una pregunta cuya respuesta “no es fácil ni clara, pero no tengo prisa”.

De esta forma, fue a partir de sus propias vivencias musicales que el autor llegó a remontarse hasta las fuentes de la polirritmia africana, señalando influjos “que perviven hasta nuestros días”; con un humor desenfadado y detallado análisis, datos y fuentes se desarrollan en la búsqueda de “una verdad compleja y apasionante”, en la que “el intercambio de ritmos se convierte en modelo para la renovación del pensamiento”.

Para Auserón, el impacto que la música afroamericana causó en la juventud española de la segunda mitad del siglo XX predijo un “despertar de fantasmas sonoros olvidados” a lo largo de la historia; de ahí la necesidad de “revivir” el rastro de la negritud en la península ibérica desde los tiempos de la invasión musulmana, la fiebre de bailes y cantos populares que en el Siglo de Oro se contagió a todas las clases sociales e influyó en el desarrollo de las letras castellanas, “una cultura rítmica mestiza” que apenas se reconocería, siglos más tarde, en las colonias americanas.

Artículo de Ricardo Solís para el periódico La Jornada de Jalisco